Los apocalípticos mensajes, de la caterva de expertos, visionarios y opinadores varios, no ayudan mucho la verdad, enfin…
Creo que ya basta, ahora toca no escuchar más y dedicarnos a hacer aquello que sabemos y nos gusta, que es servir, atender, hacer que los demás sean felices, que disfruten de sus vacaciones, de sus momentos de ocio. Eso es la hostelería, nada más y nada menos.
Hostelería es sinónimo de atención personal, de servicio, de empatía, de interés por el prójimo.
Toca trabajar, crear, gestionar más que nunca y con buena información.
Y eso lo harán nuestros equipos humanos, ningún invento sustituye a una persona, cuidémoslos porque son el mayor capital de una empresa.
La tecnología es indispensable, necesaria, no debemos parar de buscar sistemas, aplicaciones y aparatos cada día mejores.
Pero el objetivo ha de ser siempre el mismo: conseguir que nuestros equipos tengan mejores herramientas para atender, más información para hacer mejor su trabajo y tomar mejores decisiones, que tengan más tiempo para hacer felices a los clientes, que dejen de hacer aquello que les roba tiempo para dedicarse a lo importante.
Nada sustituye a una cálida sonrisa y de momento los robots aún no sonríen….
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