Experiencia es la suma de producto, servicio y entorno, a la que asignamos un precio de venta, para alcanzar los presupuestos de facturación y conseguir rentabilidad.
Equilibrio en los participantes,
conjugando visiones diferentes y sumando aportaciones.
Armonía en los conceptos. La
gastronomía es comida, bebida y servicio, en un escenario.
Si todo suma, si todo tiene
calidad, sin duda el resultado final es calidad con mayúscula.
Ese, en esencia, es nuestro
trabajo. Y no es fácil, porque las experiencias son por definición subjetivas,
la empatía, de nuevo, es clave.
Hay que luchar con la tentación de
ofrecer aquello que nos gusta a nosotros y convencer a nuestro entorno
profesional, jefes, especialmente, de que aquello que prefieren no tiene porqué
ser lo que los demás deseen (aunque parezca increíble…).
Cualquier profesional puede hacer
una lista larga de platos y vinos, que ha debido incluir en su carta porque le
gustaban al jefe… y no salían nunca… y claro es culpa del equipo que no sabe
vender…
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